Dime cuál es tu tipo de heces y te diré qué tan sano eres
No se acostumbra mucho hablar sobre el popó por considerarse de mal gusto. Pero, la verdad, saber cuál es tu tipo de heces puede arrojarte desde datos sobre tu salud o hasta la dificultad para perder peso.
En este post sabrás cómo detectar indicios de que algo no está bien en tu organismo o si vas por buen camino, gracias a tus deposiciones.
¿Qué dicen tu tipo de heces, color, textura, forma y olor sobre tu salud?
Las heces son los desechos que tu organismo elimina al finalizar el proceso digestivo. Se componen por los restos de alimentos que no fueron absorbidos por tu cuerpo porque no son necesarios.
Aunque parezca desagradable y hasta una asquerosidad, observar las características de tus deposiciones puede darte mucha información valiosa.
Hay muchos factores que pueden modificar la forma de defecar como el estrés, los cambios horarios, tu condición de salud, tu alimentación y hasta tu estado psicológico.
En todo caso el color, la forma y la consistencia de las heces se determinan el tipo de alimento ingerido y el tiempo de tránsito por tu sistema digestivo
Consistencia y formas de las heces
Existe una tabla para clasificar de manera sencilla, la consistencia y la forma de las heces.
Se conoce como Escala de Bristol (Heaton y Lewis, Universidad de Bristol) y puede orientarte sobre si tienes alguna alteración que debas controlar o consultar con un médico.
Tipo 1: separadas, duras y pequeñas. Indicador de que sufres estreñimiento. Trocitos separados, poco hidratados indican que bebes poca agua y sigues una dieta baja en fibra. Se recomienda beber más agua y añadir a tu alimentación frutas, verduras y hortalizas.
Tipo 2: con forma alargada y llena de bultos. Este tipo de heses puede indicar que no bebes suficiente agua y, que si no se corrige, acaben convirtiéndose en tipo 1. Aumenta tu consumo de agua.
Tipo 3: alargada con grietas en la superficie. Indica normalidad. Todo va bien, pero aún puedes optar a conseguir un tipo mejor de heces, enriqueciendo tu dieta y aumentando el agua.
Tipo 4: alargada, lisa y blanda. Son las cacas perfectas, deposiciones fáciles, alargadas y blandas. Hay un equilibrio perfecto entre la dieta y la ingesta hídrica.
Tipo 5: blandas y con trozos separados o con bordes definidos. Este tipo de heces, algo más blanda, separada, pero con bordes definidos puede indicar que la comida no se ha digerido correctamente.
Tipo 6: heces blandas y con trozos separados y bordes pegados. Los trozos de heces acuosos y con consistencia pastosa indican que sufrimos diarrea. Debemos permanecer alerta y si persiste, es recomendable consultar al médico.
Tipo 7: heces acuosas, sin forma y continuas. Es diarrea. Debes controlarlo porque, si persiste, puede derivar en deshidratación. Indica que no se están absorbiendo los nutrientes de manera eficaz. Es aconsejable consultar al médico.
Se establece en 7 grupos, según la consistencia y forma de las heces:
El color de las heces
Además del tipo de heces, la coloración puede indicar qué tan saludable o no estás:
- Marrón: es el color ideal de las heces; todo va bien.
- Verde: los alimentos han pasado muy rápido por el tubo digestivo.
- Amarilla: se relaciona con problemas en la eliminación de bilis, ser celíaco o sufrir hepatitis.
- Roja: se produce por sangrado en el intestino grueso o hemorroides.
- Negra: puede ser causada por ingesta de hierro, pero también por la presencia de sangre procedente del intestino delgado o del tubo digestivo.
- Blanca: falta de bilis o a una mala absorción de grasas.
Cuándo acudir al médico por el tipo de heces
Para llevar un control sobre tu salud, debes monitorear tus deposiciones y su frecuencia. Si observas alguno de los siguientes cambios, consulta al médico:
- Aumenta el número deposiciones o diarrea, con o sin sangre en las heces.
- Estreñimiento persistente que antes no existía o se debe realizar mayor esfuerzo para defecar; sobre todo si hay pérdida de peso.
- Si tus heces son negras como el alquitrán y pegajosas; pastosas de forma continuada o blancas.
- Si hay sangre roja puede ser signo de algo leve, pero también de patologías graves.
Con un análisis clínico de heces se pueden descartar o diagnosticar diversas afecciones, como alergia alimentaria, infección provocadas por bacterias o virus, presencia de parásitos, problemas digestivos y pérdidas de sangre en el interior del tubo digestivo.