Motivación y disciplina para una vida saludable
Para empezar una vida fitness o, mejor aún, para mantenerte en bienestar, la motivación y la disciplina saludable van de la mano.
Ya sea que quieres tener el cuerpazo de JLo, bajar un par de tallas y varias libras, o simplemente sentirte mejor, necesitas tener algo que te impulse a empezar.
Pero lo que te permitirá mantenerte motivado en el camino y seguir luchando hasta lograrlo es la disciplina.
La motivacion vs disciplina ¿en qué se diferencian?, ¿cómo pueden ayudarnos a arrancar y conseguir lo que queremos? Sigue leyendo y te contaré lo que he aprendido en mi proceso de cambio.
La motivación
La motivación es ese impulso que tenemos para empezar algo y dar los primeros pasos en pro de un objetivo. Es la que determina lo que queremos realmente y nos mueve a conseguirlo.
Cuando decides hacer un plan, ya sea para casarte, organizar una fiesta, tus próximas vacaciones o lograr el cambio físico y mental que deseas hacer en tu vida, debes plantearte metas en un tiempo determinado. 3 meses, 1 año o 2 semana. Tú decides.
Si tus metas van acorde con tu forma de ser, tus valores e ideas, se convertirán en el mejor motor de motivación para tu día a día. Por eso, cuando definas las tuyas, pregúntate: ¿son realistas estas metas?, ¿las podré alcanzar en ese plazo?
Luego de eso, todo dependerá de qué tanto te comprometas con tu sueño. Porque en un proceso de transformación a veces se sufre y hay que hacer sacrificios; pero cuando consigues lo que deseas, la satisfacción personal es maravillosa. ¡No hay nada en este mundo que nos haga más felices que lograr nuestras metas personales!
Luchar por ti mismo es el mejor premio que puedes tener. Es muy satisfactorio saber que puedes lograr todo lo que te propongas con solo pensarlo y trabajarlo.
Te invito a leer este post en nuestro blog por si necesitas un empujón motivacional "¿Falta de motivación? Consíguela en 20 cuentas de Instagram"
La disciplina
Pero como todo, la motivación llega hasta cierto punto. Y puede suceder que, de una semana a otra, dejaste de perder peso o tus medidas no cambiaron; entonces te frustras y dices ¡hasta aquí llego!
Antes de rendirte, te invito a pensar ¿después de todo el dolor y sacrificio que has realizado, esto llega a su final?, ¿por qué detenerte sin lograr lo que querías y te motivó a empezar?
Aquí es cuando entra en juego la disciplina saludable, que es la habilidad que tenemos para esforzarnos, de una forma u otra, a mantener una conducta hasta lograr lo que planeamos.
Ser disciplinado es un don que no todos tenemos. Podemos ser disciplinados en ciertos aspectos de la vida, pero se nos hace difícil (a veces hasta imposible) disciplinarnos a nosotros mismos en otras áreas.
¿O acaso no se te hace más fácil disciplinar a tu hijo a que siga ciertos estándares implementados por ti mismo, que dejar de comerte una deliciosa torta de chocolate?
La disciplina es demasiado importante para llevar un estilo de vida saludable. Puedes salirte de la dieta un día, saltarte un entrenamiento o pasar una noche de fiesta celebrando con amigos; nada de eso tiene que ser un problema. Pero sí lo será que sigas con ese mal hábito y no volver a tus rutinas saludables.
Uno no negocia con la disciplina, simplemente lo haces o no. Te aseguro que para llegar a tu meta, necesitas autocontrol y mucho enfoque. Debes tener claro para qué empezaste y recordar siempre que, al terminar, serás una mejor persona, física y mentalmente.
Los cambios internos y externos no se logran de un día para otro. Mientras que el motivo te impulsará a empezar, lo que te hará llegar al final será tu autodisciplina.
A mí me pasó. Y gracias a la disciplina pude enfocarme diariamente en los ejercicios, la nutrición y el trabajo. En seguida, paso a contarte cómo lo hice.
La motivación vs. disciplina: cuál fue mi mejor herramienta
Mi motivación para empezar mi vida saludable fue la cuarentena. No sabía cuánto tiempo iba a quedarme encerrada en las 4 paredes de mi casa. Tampoco cómo iba a ajustarme a esta nueva realidad.
Debía, no solo ejercitarme para mantener mi locura bajo control, sino quemar esa energía negativa que el encierro me producía. Imaginar los cambios mentales y físicos que obtendría, me empujaban a seguir adelante.
Pero más allá de esa motivación, la clave para seguir en mi camino fue ser disciplinada.
Tenía todo el tiempo del mundo para planificar mis comidas, me impuse horarios para ejercitarme, trabajar, cocinar, y organizar mi casa.
¿Cómo continué con mi estilo de vida saludable, cuando regresé a la oficina? Planifiqué, me organicé y empecé a adelantar el día anterior lo que necesitaba para el siguiente. Así, pude seguir mi alimentación saludable y hacer tiempo para ejercitarme.
Si te gustaría leer mi historia, pásate por mi anterior post "Mi experiencia: el camino hacia una vida saludable"
Un mensaje final
La motivación viene del mismo deseo que tenemos para alcanzar algo, pero no dura para siempre, no importa qué tanto lo quieras. Es un efecto temporal creado por la mente para empujarnos hacia la dirección correcta.
Por eso, nunca te confíes solo en la motivación, ya que la disciplina es la que te llevará hacia la meta más rápido. Y es que la disciplina tiene la habilidad de impulsarte constantemente hacia la dirección correcta, cuando la motivación haya desaparecido.
Así que… sigue adelante, lucha por tu meta y ponle disciplina a tu proceso. Así lograrás parte de tu éxito.