El estrés engorda: por qué y cómo evitarlo
¿Sabías que estresarte causa la tormenta perfecta para aumentar de peso y tener dificultades para perderlo en el futuro? Sí, el estrés engorda.
Sucede porque se desencadena una producción exagerada de hormonas que conducen a una alimentación poco saludable o excesiva, entre otras situaciones.
Afortunadamente, hay formas de prevenir el aumento de peso relacionado con el estrés. En este post te vamos a enseñar por qué pasa y cómo evitarlo.
Qué le hace el estrés a tu cuerpo
Tu cuerpo responde al estrés aumentando los niveles de cortisol que lo prepara para la lucha o huida. El cortisol es la hormona del estrés liberada por las glándulas suprarrenales que aumenta en respuesta a una amenaza.
Si esta hormona se eleva a menudo, comer en exceso puede convertirse en un hábito.
Un exceso de cortisol también promueven niveles más altos de insulina, tu nivel de azúcar en la sangre baja y se te antojan alimentos grasos y azucarados. Por eso, el estres engorda.
El cortisol también es un importante estimulante del apetito. Por eso, respondes al estrés, optando por alimentos reconfortantes.
Hasta puede causar Síndrome de Cushing, un trastorno que fomenta la ganancia de peso, depresión, presión arterial alta y diabetes.
¿Por qué el estrés engorda?
- Desencadena los antojos de alimentos: el estrés engorda porque te hace preferir la comida chatarra, debido al aumento en la hormona cortisol y la hormona del “hambre” (grelina), que estimulan el apetito y promueven la ingesta de grasas y azúcares.
- Aumenta la grasa abdominal: al elevarse los niveles de cortisol, aumenta la acumulación de grasa, principalmente la grasa abdominal o visceral, del tipo que se deposita alrededor de los órganos vitales.
- Hace que la insulina sea menos efectiva: necesitas la hormona insulina para llevar el azúcar en la sangre a las células. Pero no funciona tan bien cuando tienes estrés, lo que puede conducir al almacenamiento de grasa y obesidad. El estrés puede llevarte a una acumulación de compuestos inflamatorios dañinos llamados radicales libres en tu cuerpo, dañando las células.
- Conduce al insomnio: el cortisol no es solo una hormona del estrés; también ayuda a regular otros aspectos de la salud, incluido el sueño. Mucho cortisol en tu sistema interrumpe o disminuye las horas recomendadas para dormir, promueve el almacenamiento de grasa y el hambre. Además, quizá no tengas energía para moverte luego de una noche de mal dormir, por lo que reducirá la cantidad de combustible (grasa) quemado durante el día.
- Sabotea tu entrenamiento: el estrés engorda porque reduce tu desempeño durante el ejercicio y dificulta la recuperación muscular después de hacerlo. Esto porque el cortisol es una hormona catabólica (degrada los músculos), y amortigua los efectos de las hormonas testosterona y la del crecimiento humano que son anabólicas (fortalecen los músculos).
- Afecta el metabolismo: incluso, si no estás comiendo alimentos con alto contenido de grasa y azúcar, el cortisol también ralentiza tu metabolismo, lo que dificulta la pérdida de peso.
- Altera las hormonas del hambre, leptina y grelina: estas hormonas envían señales a tu cerebro que van a determinar qué tan hambriento te sientes. Eso te asegurará comer lo suficiente para, de nuevo, lidiar con cualquier amenaza percibida.
- Activa la alimentación emocional: el exceso de energía nerviosa hace que comas más de lo normal. Cuando te estresas, sin planificar lo que comes, te meterás a la boca lo primero que encuentres o esté disponible (que no siempre son las opciones más saludables).
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Consejos para evitar que el estrés te engorde
Necesitas manejar el estrés como algo tan importante como tu dieta o tu programa de ejercicios. Controlar el estrés es crucial si quieres perder peso.
- Establece prioridades: escribe cómo pasas tu tiempo cada día durante la semana. Identifica y prioriza qué actividades son más relevantes para ti. No olvides incorporar tiempo para dormir lo suficiente y hacer ejercicio.
- Haz del ejercicio una prioridad: el ejercicio reduce los niveles de estrés y ayuda a disminuir los síntomas de ansiedad. Y si lo haces regularmente estimula la producción de endorfinas que son químicos cerebrales que elevan el estado de ánimo y la relajación.
- Come alimentos más saludables: no necesitas carbohidratos ni grasas trans para sentirte mejor; opta por alimentos saludables que te gusten. Asegúrate de abastecer tu despensa con ellos para tener mejores opciones cuando te estreses.
- Practica la alimentación consciente: centrarte en lo que estás comiendo sin distracciones te ayudará a reducir el estrés y el aumento de peso. Trata de disfrutar la comida sin prestar atención a tu teléfono o la televisión al mismo tiempo.
- Incorpora estrategias para aliviar el estrés: ya sea que disfrutes del yoga o la lectura de un buen libro, agrega a tu rutina diaria analgésicos naturales y simples como respirar profundo, escuchar música o salir a caminar. Si lo haces, reduces tus niveles de cortisol, evitando que el estrés engorde.
- Duerme de 7 a 8 horas de noche: crea una rutina de sueño cada día para que se te convierta en un hábito.
- Apóyate en suplementos: no se te ocurra automedicarte somníferos químicos a menos que te lo recete un médico. Hay ingredientes totalmente naturales que hacen maravillas para mejorar los niveles de estrés y el buen dormir, que no te dejan atontado al día siguiente. Evolution Advance tiene Sleep Fit que contiene ingredientes adicionales que ayudan a calmar el hambre y los antojos, mientras mantienes tu energía y concentración a tope.
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